Hace años, muchos, muchos años, los aristócratas, los mercaderes y los que practicaban la ciencia, formaban sus colecciones de artefactos raros, antigüedades, obras de arte o misteriosos souvenirs de sus viajes. Luego maravillaban al resto del mundo desplegándolos en un gabinete.
Estos, también conocidos como gabinetes de maravillas durante el Renacimiento, fueron los antecesores de los museos como los conocemos ahora.
Y esto es lo que vas a encontrar en “Kurios: Cabinet of Curiosities“, el espectáculo del Cirque du Soleil que actualmente se presenta en la icónica carpa azul y amarillo instalada en el estacionamiento del estadio de los Dodgers, en Los Ángeles.
Puedo comparar este show con un sueño dulce y sereno, con música que transporta a mundos inimaginables, y donde todo lo que ves es raro pero no da miedo. “Kurios” es una caja de sorpresas, de impresiones agradables y de constante parpadeo para constatar que lo que ven tus ojos es verdad.
No exagero. Este circo no se parece en nada a lo que has visto del Cirque du Soleil. Tiene su propio lenguaje, con actos finamente entrelazados que cuentan la historia de The Seeker, una suerte de científico que cree en un mundo invisible, donde las más locas ideas y los más grandes sueños están esperando.
El espectáculo de dos horas y media de duración, y cuyas funciones terminan el 7 de febrero, además del deleite visual que ofrece con sus maravillosas 426 piezas de utilería –entre ellas fonógrafos, una mano gigantesca, pianos desvencijados y robots–, incluye 13 actos, unos divertidos, unos graciosos, unos impresionantes y unos para enamorarte de los artistas. Hasta el más simple es una delicia.
Todo esto ambientado con escenarios y trajes que hacen alusión al siglo 19, cuando los sombreros altos y los vestidos pomposos eran la regla.
“Kurios” incluye a 46 artistas de 15 países distintos, entre ellos un cuarteto de contorsionistas de China, una ciclista aérea de Francia, un malabarista de Colombia y –mi favorito– un comediante de Argentina.
No puedo decir qué acto me maravilló más, aunque el del mundo al revés casi me provoca un infarto. Todo parece un mero acto de acrobacia, en el que varios artistas departen en una mesa, hasta que, cuando miras hacia arriba, descubres que hay otro grupo idéntico colgando del techo haciendo lo mismo que el que está en el piso. ¿Suena loco? Bueno, pues es más loco cuando lo ves.
La música en vivo es otro cantar, literalmente. La banda que acompaña el espectáculo es un deleite vocal y musical, como en todos los shows del Cirque du Soleil, el espectáculo que con cada show nos hace vibrar, llorar, estremecernos, pero sobre todo, creer que los sueños pueden hacerse realidad.
Los boletos del show cuestan de 50 a 165 dólares. Están disponibles en www.cirquedusoleil.com/kurios y en el (877) 924-7783. El estacionamiento cuesta 25 dólares.
¿Cuál es tu espectáculo favorito del Cirque du Soleil?